Por Evandro Menezes de Carvalho

RÍO DE JANEIRO, 19 oct (Xinhua) -- Desde el 1 de enero de 2024, el grupo BRICS ha incorporado nuevos miembros: Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán, que se unen al grupo formado por Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica.

La decisión de ampliar el BRICS se tomó en agosto de 2023, durante la 15ª Cumbre de Johannesburgo, de Sudáfrica. Se trata de la expansión más reciente del BRICS desde que Sudáfrica se unió en 2010. Y es probable que haya nuevas incorporaciones en el futuro.

La influencia internacional del BRICS está creciendo. En primer lugar, la agrupación engloba a unos 3.500 millones de personas, lo que casi equivale a la mitad de la población mundial.

También hay razones económicas para este creciente prestigio. Los países BRICS representan más del 30 por ciento del PIB mundial. A efectos comparativos, la participación de los países del G7 en el PIB mundial se estima en un 30 por ciento.

Hasta ahora, los BRICS han colaborado en diversos campos, fomentando la cooperación en las dimensiones económica, política y cultural. El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB, siglas en inglés) es el ejemplo más evidente de la capacidad del grupo para promover iniciativas concretas con repercusiones positivas sobre la economía mundial.

Los países BRICS han colaborado en iniciativas de salud global. Durante la pandemia de la COVID-19 se intercambiaron conocimientos médicos, vacunas y recursos y pusieron en marcha el Centro de Investigación y Desarrollo de Vacunas del BRICS, cuyo objetivo ha sido distribuir las vacunas de manera justa como un bien público mundial y garantizar su accesibilidad y asequibilidad de los países en desarrollo.

Los países BRICS también han fomentado los intercambios académicos y culturales, incluida la Liga Universitaria del BRICS y el Consejo de Think-Tanks del BRICS. Estas iniciativas facilitan el diálogo sobre educación, estudios y cooperación cultural entre los miembros.

El comercio y la inversión entre los BRICS aún quedan por mejorar y es necesario explorar nuevas oportunidades, especialmente con la incorporación de los cinco nuevos miembros. Economías de rápido crecimiento como Egipto y Etiopía en África ofrecen nuevas rutas comerciales y oportunidades de inversión para los países BRICS. La ubicación estratégica de Egipto, a través del Canal de Suez, también proporciona un acceso crítico a las rutas marítimas internacionales.

Los países BRICS han participado en diálogos sobre energía para mejorar el acceso a la tecnología, financiar proyectos de energía renovable y garantizar la seguridad energética a largo plazo.

Emiratos Árabes Unidos e Irán son actores importantes en el mercado energético mundial, especialmente en petróleo y gas natural, lo que podría convertir al grupo BRICS en un centro económico global más sólido. Su inclusión brinda acceso a vastas reservas y fortalece el papel del BRICS en la formulación de políticas energéticas globales. Esto también mejora la cooperación en materia de energía renovable, seguridad energética y fijación de precios.

Por último, existen razones políticas para creer que el grupo BRICS puede ser una fuerza positiva para fortalecer el multilateralismo.

Aunque el PIB conjunto del BRICS es mayor que el del G7, el peso de los países BRICS en las instituciones financieras internacionales, como el poder de voto dentro del Banco Mundial, es inferior al de los países del G7.

Sin embargo, Brasil y la India estuvieron entre los mayores beneficiarios de los préstamos del Banco Mundial en 2023, pese a contribuir solamente con el 5 por ciento del capital.

Además, el BRICS podría dar un mayor impulso a la agenda de defensa de la reforma de las Naciones Unidas, apuntando a una mayor democratización de las relaciones internacionales.

Los países BRICS han defendido activamente la cooperación pacífica y la resolución de conflictos internacionales a través del diálogo. Todos los miembros del BRICS apoyaron la resolución de las Naciones Unidas para un alto el fuego humanitario en Gaza, con la abstención de India y Etiopía.

A diferencia de un bloque como la Unión Europea, cuyos miembros se unen por razones geográficas, económicas y políticas favorecidas por una cosmovisión occidental compartida entre los países miembros, los países del BRICS están geográficamente distantes y tienen sistemas políticos, económicos y culturales distintos. Este es el desafío que el BRICS tendrá que enfrentar.

Sin embargo, en su diversidad cultural, el BRICS encuentra su legitimidad en la promoción de una propuesta para un orden global más justo, abierto e inclusivo, y debe mostrar voluntad de dar pasos en esa dirección.

Cuanto más peso económico tenga el BRICS y más unificada sea su agenda política en defensa del multilateralismo y la reforma de las organizaciones internacionales, más influencia significativa tendrá el grupo en la definición de la dirección del orden global.

La expansión de los BRICS aporta importantes fortalezas geopolíticas y económicas y también introduce más complejidades. Para maximizar las fortalezas del grupo será necesaria una buena diplomacia, una planificación estratégica para el futuro y un mayor grado de institucionalidad. 

(Evandro Menezes de Carvalho es profesor de Derecho Internacional de la Universidad Federal Fluminense y de la Fundación Getulio Vargas)

(Las opiniones expresadas en este artículo son del autor y no necesariamente reflejan la postura de la Agencia de Noticias Xinhua)